sábado, 29 de septiembre de 2012

Recordando lo de la Beca...



Hace como cosa de un año se repartía en la Parroquia una hoja con unos avisos, el primero de los cuales se refería a la Beca abierta en el Seminario de Ciudad Real. Es muy importante que no olvidemos su existencia y que, en la medida en que cada cual pueda, la apoyemos. 
El anuncio decía:


BECA "ÁNGEL MUÑOZ  DE MORALES SÁNCHEZ-CANO"


El Seminario  Diocesano  de Ciudad-Real ha accedido a crear una BECA bajo  el nombre  del Siervo  de Dios "Ángel Muñoz de Morales Sánchez-Cano". La BECA reunirá  aportaciones voluntarias, periódicas  o no, y contribuirá  así a sufragar  parte  del  coste  de  la  permanencia en  el Seminario  de un aspirante al sacerdocio.  A estos efectos se recuerda  que el Siervo de Dios Angel Muñoz  de Morales  Sánchez-Cano  estudió  en el Seminario  Diocesano de  Ciudad-Real, acabó  sus  estudios  gracias  a  una  beca  y  fue  ordenado sacerdote  el 23 de diciembre de 1.933. La creación  de esta BECA, en justa correspondencia  a  la  que  permitió a  Ángel  terminar  su  carrera, permitirá extender   el conocimiento de su testimonio y  martirio al mismo tiempo  que se contribuye a la buena  tarea  de ayudar  a la formación  de un sacerdote.   Todos   los  familiares,  amigos  y  seguidores   pueden  contribuir aportando sus  donativos, cualquier  cantidad,  a alguno  de los tres  bancos siguientes:

CAJA MADRID: 2038-3300-33-6000345488
BBVA: 0182-0390-55-0000005715
CAJA RURAL: 3062-0082-12-1000172823

Hay  que  hacer   constar  "Beca  Ángel  Muñoz  de  Morales  Sánchez­ Cano". Periódicamente se dará cuenta  del importe total  de las aportaciones conseguidas  y en  su momento se tramitarán las oportunas  certificaciones para    poder    desgravar    del   IRPF.   Esta   iniciativa  coincide   con   el 76   aniversario  de  su martirio dando testimonio de su fe. Dado el destino  de las aportaciones y_    su  significado  animamos a  todos  a contribuir: tened  la  certeza  de  que Ángel nos retribuirá con su intercesión  para  mantenernos firmes  en la fe y protegidos  de toda perturbación.